40 AÑOS DE LA CEDAW Y LA PARIDAD DE GÉNERO

Rocío de los Ángeles Álvarez Montero
Titular de la Unidad de Género y Erradicación de la Violencia
La Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW por sus siglas en inglés), es la carta de los derechos humanos de las mujeres y fue adoptada de forma unánime por la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) el 18 de diciembre de 1979. Nuestro país firmó esta Convención el 17 de julio de 1980 y la ratificó el 23 de marzo de 1981, por lo que forma parte de nuestro entramado jurídico.
La CEDAW obliga a los países que la han ratificado a su debido cumplimiento, con el objetivo de lograr la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres y las niñas. Los derechos reconocidos en la CEDAW abarcan los distintos ámbitos y etapas de la vida de las mujeres, pues como se anota en su preámbulo discriminación contra las mujeres además de violar los principios de igualdad de derechos y de respeto a la dignidad humana, dificulta su participación en la vida política, social, económica y cultural de sus países.
Dada la amplitud de derechos que incorpora la CEDAW y las obligaciones que tienen los Estados Partes, incluido nuestro país, conviene recuperar en este espacio los relacionados con la eliminación de la discriminación contra la mujer en la vida política y pública. Su relevancia para la habilitación de otros derechos quedó de manifiesto en las actividades de conmemoración del 40 aniversario de su adopción de la CEDAW. En este marco, el Comité para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer (Comité CEDAW) y la Unión Interparlamentaria (UIP) emitieron una declaración conjunta denominada “Liderazgo político de las mujeres: lucha por el equilibrio: 50/50 para 2030”.
En ese comunicado el Comité CEDAW y la UIP señalan lo siguiente: “Nuestras sociedades no disfrutarán de los derechos humanos, la paz, el desarrollo sostenible e inclusivo, si no se basan en una paridad de género efectiva, si no se benefician del liderazgo de las mujeres y el empoderamiento de las mujeres y las niñas, según lo recomendado expresamente por el Comité para la Eliminación de Discriminación contra la mujer (Comité CEDAW).”
A nivel global, persisten claramente brechas de género en la incorporación de las mujeres en puestos públicos de elección y de designación. De acuerdo a datos de la UIP, la proporción de mujeres en los parlamentos y congresos del mundo es de 24.3%. Por su parte, solo el 7.2% de las Jefaturas de Estado y el 5.7% de las Jefaturas de Gobierno están encabezadas por mujeres. A esto se agrega que el 19.1% de las Presidencias de Parlamentos y el 18.3% de los ministerios de gobierno están a cargo de mujeres.
En virtud de que a nivel global aún no se alcanza la igualdad en la participación de las mujeres en el ámbito político, el Comité CEDAW y la UIP agregan en su comunicado una serie de recomendaciones para alcanzar la paridad en el liderazgo político para 2030.
Dentro de las recomendaciones que se dan en la citada declaración, se anotan algunas que pueden servir de guía para impulsar la “paridad en todo” como quedó establecida en diversas reformas a nuestra Constitución Federal, publicadas en el Diario Oficial de la Federación el 6 de junio de 2019:
- Adoptar, reforzar, implementar y monitorear las medidas necesarias que han demostrado ser útiles y exitosas para facilitar el acceso de las mujeres a cargos de elección y posiciones de liderazgo, incluidas las cuotas electorales de género.
- Adoptar legislación y políticas para eliminar todas las formas de violencia contra las mujeres en la política e implementar programas de desarrollo de capacidades para mujeres activistas, candidatas, políticas y parlamentarias.
- Promover nuevas estrategias de medios, incluso a través de las redes sociales, que promuevan el liderazgo de las mujeres y la igualdad de género y que eliminen los estereotipos de género.
- Tener o reforzar una perspectiva de igualdad de género en las políticas educativas y en todas las actividades de educación cívica para mujeres y niñas, y trabajar para cerrar la brecha de género en las oportunidades educativas y cerrar la brecha digital.