Democracia, un acto de equidad en Día Internacional de las Personas con Discapacidad
Verónica Veloz Valencia
Titular de la Unidad de Comunicación Social
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la discapacidad “como un término genérico que abarca deficiencias, limitaciones de la actividad y restricciones a la participación”; asimismo, asegura que 15% de la población global padece alguna forma de discapacidad y que las cifras están aumentando debido al envejecimiento de la población y al crecimiento de las enfermedades crónicas.
En ese sentido, es prioridad para cualquier gobierno respetar los derechos de las personas que tiene alguna discapacidad, es decir, cuidar que no sufran de discriminación, elaborar estrategias para que tengan una vida digna y participen en las decisiones del país.
Sobre ese último punto, en México, de acuerdo al Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), más de siete millones de mexicanos viven con alguna discapacidad, una condición de vida que no significa, en ningún sentido, que no tengan voz ni voto. No diseñar herramientas para que participen en las elecciones sería un acto antidemocrático.
La democracia es un ejercicio donde todos participamos y la tarea de las autoridades es no excluir a nadie ante un derecho prioritario y de suma importancia para el bienestar de la sociedad: el voto.
Al respecto, es vital escuchar a las candidatas y candidatos con sus propuestas para las personas que viven con alguna discapacidad; propuestas que deben tener una prioridad: la no discriminación.
Discriminar es un acto atroz, deleznable, vergonzoso, que no tiene cabida en los procesos democráticos, ya que uno de los puntos principales de una sana democracia es la participación. Defender la participación de cualquier cuidadano, es una defensa a ultranza.
Con eso en mente, las organizaciones encargadas de realizar las elecciones en el país, necesitamos ofrecer y diseñar las condiciones adecuadas para que las personas con discapacidad emitan su voto, con total independencia y con toda la información posible, ya que de esa forma también este sector de la sociedad protege lo que quiere y piensa.
Obvia decir que hay situaciones (enfermedades mentales) donde la persona no puede emitir el voto, pero ante ello es importante identificar bien los casos y no caer en ningún tipo de discriminación, y sobre todo cuidar de sus Derechos Humanos. Cuidar de los Derechos Humanos es esencial para una comunidad más justa y sana.
Afortunadamente, gracias a los avances tecnológicos, es más fácil que las personas con discapacidad puedan votar; sin embargo, como sociedad aún nos falta para que entendamos que la democracia es un ejercicio para todos y de todos. En el “diccionario” de la democracia, la discriminación no existe.
Éste no tendría que ser un tema delicado o de difícil acceso, al contrario, dialogar y debatir al respecto es necesario, pero valga esta reflexión, sobre todo porque este 3 de diciembre se celebra el Día Internacional de las Personas con Discapacidad, el cual fue declarado en 1992 por la Asamblea General de la Naciones Unidas.
Día que tiene como objetivo promover los derechos y el bienestar de las personas con discapacidad, en todos los ámbitos, incluyendo su derecho a votar.