LA PRIMERA ALCALDESA ELECTA EN UNA CAPITAL ÁRABE

Liliana Martínez Garnica
Directora de Participación Ciudadana
Se le conoce como Primavera Árabe al conjunto de movimientos de protesta originados en 2011 en distintos países de Medio Oriente y el Norte de África que buscaban un cambio en el panorama político interno de cada país, principalmente a favor de las libertades sociales y de derechos políticos. Sin duda, la Primavera Árabe fue un importante logro social y representó la ruptura con regímenes autoritarios que gobernaron en la región por lo menos en los últimos 60 años. Este proceso social mostró el descontento generalizado hacia los gobiernos autoritarios y exigió una democracia que procurara la satisfacción de sus necesidades y derechos fundamentales. Aunque estas movilizaciones se suscitaron a lo largo de una amplia zona, la génesis del fenómeno fue Túnez y posteriormente se extendió a Egipto, Yemen, Bahréin, Libia y Siria. Aunque el principal objetivo fue derrocar a los regímenes de cada país, y en general esto se logró con la excepción de Siria, los procesos fueron sumamente distintos y las consecuencias actuales son tan diversas como cada Estado. Sin embargo, Túnez se convirtió, sin duda, en un importante referente de la construcción de un sistema democrático entre todos los países que se contagiaron del ímpetu de la Primavera Árabe.
Como parte de los esfuerzos por la democratización del país, se llevaron a cabo elecciones municipales en mayo pasado en Túnez. En estas elecciones, Souad Abderrahim fue elegida Alcaldesa de la ciudad de Túnez, capital de ese país, con el 33.8% de los votos. Sin embargo, tenía que asegurar el apoyo de los Concejales Municipales para tomar el cargo. Finalmente, el pasado 3 de julio, el Consejo Municipal confirmó la elección con 26 votos a favor, mientras que su contendiente, Kamel Idir, obtuvo 22 sufragios, de un total de 60 votos de concejales.
Este hecho es de suma trascendencia ya que convierte a Souad Abderrahim en la primera mujer en la historia en ser elegida alcaldesa de una capital de un país árabe, apenas con la promulgación de la Constitución tunecina de 2014 se consagró la igualdad entre hombres y mujeres, y se introdujo la paridad de género en los organismos elegidos mediante el voto popular. Por último, en julio de 2017, el Parlamento tunecino votó una ley para luchar contra la violencia de género.
Abderrahim, de 53 años, es directora de una importante farmacéutica y se califica a sí misma como una de las primeras mujeres en participar en la política de su país; es militante del Movimiento Ennahda y a pesar de que este partido político es de corte islámico, ella no usa el velo religioso. De hecho, ha afirmado en distintas ocasiones que se encuentra trabajando para modernizar la imagen del partido y desvincularse del islam político que caracteriza a algunos partidos en Medio Oriente. Incluso, luego de anunciarse su triunfo, Abderrahim aseguró que su partido no pondría en peligro los avances en los derechos de las mujeres y puso como ejemplo su propia candidatura, impulsada por un partido cercano a la religión.
La elección de Souad Abderrahim marca el inicio del cambio en la participación política de las mujeres, no sólo en Túnez, sino en todo el mundo árabe en donde persiste una generalizada falta de derechos y libertades políticas para ellas.