Martin Luther King Jr., un sueño inmortal sobre la igualdad

Verónica Veloz Valencia
Titular de la Unidad de Comunicación Social
En estos tiempos aciagos y de tensiones políticas entre naciones falta la presencia de alguien como el activista social, Martin Luther King Jr., sin embargo, tenemos el ejemplo de vida que nos dejó, una vida dedicada a buscar justicia, igualdad, empatía y respeto a los derechos humanos.
Qué mejor momento para recordar sus frases y sus acciones en el marco del Día de Martin Luther King, el 20 de enero. Como dato curioso, dicho festejo se lleva a cabo el tercer lunes del primer mes del año, aunque King haya nacido el 15 de enero.
Oriundo de Atlanta, Georgia, este personaje afroamericano fue pieza clave para que en los sesenta se respetaran los derechos humanos de las personas de color en Estados Unidos, y de paso, en todo el mundo. Combatió la segregación y lo hizo de una forma pacífica, siempre anteponiendo el diálogo y los argumentos a las acciones violentas. Por eso fue condecorado con el Premio Nobel de la Paz en 1964.
Imaginen por un momento su historia, su contexto: se atrevió a levantar la voz por la igualdad en un país extremadamente racista. En ese ambiente donde a las personas afroamericanas se les violentaba y no se les respetaba, Martin Luther King hizo lo que parecía imposible y convirtió sueños en realidad, logrando una sociedad más equitativa, y eso por supuesto ayudó a fortalecer la democracia en los Estados Unidos.
Una de las situaciones por las que “peleó” fue que se garantizará el voto a todas las personas afroamericanas, y lo logró. En ese sentido, podría aventurarme a aseverar que sin las acciones de este gran activista social, nuestro país vecino no hubiera tenido su primer Presidente afroamericano, Barack Obama.
Martin Luther King demostró lo importante que es buscar la igualdad, equidad y el respeto al voto. Su vida nos enseñó que la única manera de que una sociedad sea más pacífica, fuerte y democrática es acabando con la segregación, con el racismo y el clasismo.
Caben sus enseñanzas, que siempre serán atemporales, para aplicarlas en todo momento, que ese famoso sueño que tuvo no desaparezca. Así, en México podemos usar su ideología para respetar el voto de todos y de todas, de la comunidad indígena (muchas veces segregada), de los menos afortunados, de los personas con alguna discapacidad, y qué mejor manera de hacerlo que de forma pacífica, más, insisto, en estos convulsos tiempos que estamos viviendo.
De esa forma, y para tener una sociedad más justa y unida, el respeto al otro es indispensable, un respeto que bien puede nacer de la diferencia, del intercambio de ideas, de distintas ideologías, pero donde siempre tiene que estar presente la mesura, el argumento, el debate sin fanatismo, el voto libre y secreto y la libertad de elegir a nuestros representante públicos.
“Tengo un sueño, un solo sueño, seguir soñando. Soñar con la libertad, soñar con la justicia, soñar con la igualdad y ojalá ya no tuviera necesidad de soñarlas”, es parte del famoso discurso de Martin Luther King Jr., unas palabras que siguen y seguirán vigentes.
Aprovechemos para soñar, y que poco a poco se haga realidad, una sociedad más equitativa, en un México más justo y democrático. Asimismo, aprovecho para desearles un increíble año, feliz 2020.