Plaza de los Mártires || La usurpadora del Legislativo

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La usurpadora del Legislativo
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Comete el delito de robo de identidad
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Procede el Juicio Político
Después de sus escenitas en el Pleno de la Legislatura y de intentar suplantar la figura de liderazgo que se ha ganado a pulso el presidente de la Junta de Coordinación Política del Congreso mexiquense, Maurilio Hernández, con trabajo, responsabilidad y buen manejo de los escenarios político, pero sobre todo con educación y categoría, la resentida social de Berenice Medrano Rosas, ahora suplanta a las psicólogas mexiquenses, con una cédula falsa. Es obvio que no asistió a una universidad y mucho menos estudió psicología; sus arranques de violencia verbal y aspavientos autoritarios, así lo constatan.
Tras la publicación e investigación del colega Juan Gabriel González, el resentimiento que muestra ante todo lo que no está en su control, la hace un típico caso clínico de estudio y hasta de medicación, comentó a esta columna una reconocida integrante de la Universidad Autónoma del Estado de México y parte importante del cuerpo de Gobierno de la Facultad de Psicología que encabeza la doctora Mará Teresa García Rodea.
Por lo pronto ya está en proceso la integración del Acta para proceder legalmente en contra de la “psicóloga” y “terapeuta”, quien se atrevió en extremo violatorio de la Ley a” ejercer” la profesión, atendiendo a mujeres violentadas y que requerían de tratamiento psicológico, según consta en la hoja curricular que presentó al asumir como legisladora local.
“La usurpadora”, deberá de pedir licencia para enfrentar las acusaciones, pues comete varios delitos graves, a partir de la usurpación de profesión; uso de documentos falsos o alterados, fraude y robo de identidad, pues la cédula con la que presume ser licenciada corresponde a un ingeniero del TEC de Monterrey.
Todos estos delitos en los que presumiblemente ha incurrido la diputada Berenice, están sujetos de penalización y les corresponde prisión de hasta 12 año de cárcel, como es el fraude, delito que, de probársele a la legisladora, tendría que pasar varios años privada de la libertad.
El tema es que Medrano Rosas, tiene lo que se ha dado en llamar popularmente como FUERO lo cual es una figura de inmunidad temporal como privilegio por el voto popular que la llevó a ocupar un asiento en el Congreso mexiquenses.
El llamado fuero constitucional, cuyo término legal no existe, le otorga privilegios y no puede ser juzgada como cualquier ciudadano que se atreva a violentar la Ley. Para proceder penalmente en contra de la “psicóloga” el Congreso estatal deberá autorizar la procedencia del juicio político, como procedimiento de orden constitucional por violar los preceptos del artículo 110 de la Constitución Política de México.
El privilegio de la legisladora debe serle retirado de inmediato y terminar con la inmunidad temporal que la Constitución le otorga; es decir deben iniciarle un proceso de JUICIO POLÍTICO por cuestiones penales.
Cometer delitos penales, como es el caso de la “terapeuta” hace total y legalmente procedente el acto jurídico. Además, la inmunidad parlamentaria de la que goza Berenice Medrano se acaba al momento en que fue sorprendida en flagrancia. Además, la legisladora sí puede ser juzgada por la vía civil o administrativa y cualquier ciudadano puede formular por escrito la denuncia respectiva.
Hacerse pasar por una profesionista es una total falta de integridad, ostentarse como psicóloga es un acto ilegal, con el agravante de atreverse a dar consulta a mujeres violentadas, lo que además de ser un acto de total ruindad, es característica de una mente totalmente desequilibrada y perversa.
Glosa. – Ya andamos por los pasillos del Palacio Legislativo, le platicamos el deleznable y hasta vergonzoso papel, tanto de legisladores, como de funcionarios que acudieron a “cumplir la Ley”, porque así está mandatado. Ya es tiempo de que se revise y modifique el formato de una cena de ciegos, en la que todos están sentados a la mesa, pero nadie quiere ver al de al lado, menos al de enfrente y por supuesto nadie quiere mirar hacia abajo.
La soberbia de unos y de otros no le hace bien a la democracia, máxime cuando algún legislador como perro rabioso desaforadamente grita y ofende; viola la división de poderes y ataca sin respeto alguno por su interlocutor. La industria del escándalo se les da bien a ciertos legisladores, pero eso en nada ayuda a la ciudadanía para que reciban más y mejores servicios.
El formato está agotado. Con responsabilidad habría que revisar desde ahora una mesa para revisar –entre los tres poderes de Gobierno- los pros y los contras de actualizar la rendición de cuentas por parte del Ejecutivo. Para el bien de todos.